Gracias a los buenos consejos de Marcis, visitamos el sector de Ishasha del Parque Nacional de Queen Elisabeth; todo un acierto ya que tuvimos bastante suerte con los animales; y los paisajes… sin palabras.

Os contaré «rápidamente» nuestra primera noche y amanecer en Ishasha. Estávamos en el comedor del campamentoBettina y su guía, Òscar, Iddi y yo, disfrutando de una cena a la luz de las velas y empezando a notar la fría brisa nocturna…

– Iddi! te apetece jugar al parchís?

– ambayo? (en swajili…-«lo cualo?»-)

– Si hombre… al parchís: 4 colores, 4 jugadores, un dado y todo un safari!

La alemana se retiraba a los aposentos, situados a unos 100 metros campo a través; así que aproveché ese momento, para no ir sola a buscar el juego… si vale, pero… y volver?.

Salí de la habitación «cagando leches«, con el frontal bien amarrado iba enfocando a derecha e izquierda en movimientos nerviosos,  casi violentos, escuchando todo tipo de ruiditos… y el comedor, que lo veía leeeejos, nuca llegaba… derecha, izquierda, respiración acelerada… agarraba fuertemente el parchís, iba a usarlo como arma en caso de ataque de alguna béstia! :O

Òscar me esperaba en la puerta del comedor:

– Que te ha pasado? veía la lucecita brincar por el camino!… estas blanca?

– Nada! sólo esperaba no morir aplastada por un hipopótamo!… o engullida por una leona terpadora!

– Aha!!! ok. I understand…. the ludo!!! yes I want play!!! (Iddi, todo emocionado).

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  • Entrada PN: 30$/por persona y día + 40.000 Ush por el coche y conductor.
  • Transporte: no hay transporte público, así que debes entrar en coche privado (furgoneta o taxi) y puedes alquilar los servicios de un guía.
  • Alojamiento: Isasha Campsite. Banda redonda de ladrillo y techo de chapa y palma. Sin luz… bueno, lámpara de gasóleo. 15.000 Ush/p.p doble.
  • Cena: Spaguetti y pollo a la cazuela, con ese caldo exquisito que preparan en toda Uganda, a la luz de las velas.
  • En las partidas de «ludo» hemos tenido siempre espectadores… se lo pasaban pipa! y nosotros también!

Después de una gran partida… camino a la habitación (noche cerrada), las dos lucecitas brincábamos rápidamente hacia la habitación!  ;)   Buenas noches!

Son espectaculares los «game drive» a primera hora de la mañana, con la pelota roja asomando por el horizonte, el cielo encendido en un halo salmón, las extensiones acolchadas en verde oscuro y mantos de niebla que se desvanecen lentamente… poco me esperaba, el sobresalto que me desgarró un par de cuerdas vocales.

Jiji… estoy muy puesta en anatomía, gracias al libro que me acompañó durante el viaje: Hijos del ancho mundo, de Abraham Verghese.

Recién levantados, con los ojos medio pegados aún, nos dirigimos hacia la pequeña construcción que hacía de wc. Entré con el frontal, revisé paredes para controlar la situación de arácnidos y/o lagartijas… nada! (charlie, la cueva está limpia!), después me pareció ver una sombra en el agujero negro… lo iluminé, moví el frontal, me quedé inmóvil unos instantes… nada! (pensé que la sugestión, es el peor aliado en situaciones como estas :)… me situé… y antes de que me llagaran los pantalones a media pierna, vi una «cosa» que salía como un bólido del agujero.

– Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! (imaginados chillido tipo película de Hitchcock y los pájaros del árbol más cercano, saliendo en bandada…)

Salí corriendo, y ahí estaba Òscar con cara de sueño…

– Tranquila… el murciélago ya ha salido! él se ha asustado más que tu! ERA ENOOOORME!!! ¿lo has visto?

(a mi me caía una lagrimilla) – Sí, claro! con el ojete!!!!

– Creo que has despertado a todo el mundo :)

Yo también lo pensé!

Durante la mañana vimos babuinos, savanah grass monkey, impalas, kob,

facoceroalcéfalos, topi, oribi, elefantes… y la cosa no acabó aquí; llegamos al mediodía a Katunguru, después de haber encontrado y acogido en nuestra furgoneta a Bettina (+ su mega-objetivo + portátil), quien había tenido un rebentón por segundo día consecutivo y llevaba una hora y media esperando que pasara algún vehículo motorizado por allí !

… en la pequeña pensión del pueblo, dejamos las mochilas, comimos, dimos una vuelta (corta; porque el pueblo no se extiende más de 100 metros en cualquier dirección) hasta el puente que cruza el canal y esperamos que llegara la hora de ir a Mweya, para hacer la travesía por el Kazinga

la cámara sacaba humo!

reptiles:

.      el famoso cocodrilo del Nilo,… todo un espectáculo!

aves:


  • la grulla (símbolo de la bandera ugandesa), espectacular

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mamíferos:

.       búfalos, hipos, más elefantes…

  • y un leopardo de ojos verdes!

Noticias CNN world: Anthrax kills 82 hippos, in kazinga chanel.

Pasamos la noche en Katunguru (aquí: proyectos de conservaciónKatunguru womens group), también fue una odisea salir a cenar… nunca sabes que te vas a encontrar, aún teniendo sólo 100 metros de camino.

Habíamos visto otro restaurante al final de la calle. Estaba muy oscuro, una única farola indicaba el camino… vimos revolotear una nube de mosquitos alrededor; nada del otro mundo!. Pedimos la cena sentados al lado de la ventana, y la nube era más densa… de repente, los dos muchachos que hablaban animadamente en el porche, se refugiaron en el interior del local… el dueño nos pidió si queríamos cenar en la habitación más interior… fuera, la nube crecía!

En el comedor una mesa… estaba bastante oscuro, la única bombilla hipnotizaba unos cien mosquitos… empezamos, y se me ocurrió girar la cabeza  :S

– Òscar! no mires la pared…

Los mosquitos corrían por todas partes! la pared estaba plagada! engullimos rápido y volvimos a la pensión, con los ojos medio cerrados… al cabo de 1 hora, no había ni rastro de la invasión fantasma!

  • Actividades: travesía en bote por el canal, 15$/por persona. Las explicaciones del guía, fantásticas!
  • Transporte: hay autobuses que llegan a Katunguru, y entre pueblos lo mejor son los boda-boda.
  • Alojamiento: pensión, Rwenzori Salaam; 35.000 Ush/doble, con baño interior.
  • Cena: Pacific Restaurant, cerca del puente; Fish y una montaña de arroz blanco con salsa de cacahuete, 13.200 Ugsh.

Buenos días! Hoy nos queda por delante la visita «especial» al pueblo y minas de sal de Katwe, una larga carretera hasta Kasese, y un camino aún más arduo hasta Bugoye… pero con una grata recompensa en forma de «habitación para 2«, paisajes, tranquilidad…

os lo contaremos en el próximo post  ;)

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